miércoles, 3 de noviembre de 2010

Albahaca,oliva y ajo

La música aturdía. No cabía una voz en el recinto. Pero nosotros no necesitábamos palabras para hablarnos.

Bailábamos.
Me corrijo.
Yo bailaba.
Vos seguías mis movimientos con los ojos un poco idiotizados y otro poco endemoniados. Me sostenías la mirada. Apoyado sobre los parlantes que de seguro hacían vibrar todo tu cuerpo. Los brazos cruzados de lado a lado. Una sonrisa socarrona pero estimulante.
Se movían mis brazos, se contraía mi abdomen, palpitaba mi sexo y se quemaba mi piel.
Y estaba toda tu intimidad expandiéndose.
Con uno de los placeres más exquisitos me fui por un momento de allí. Volé.
Y aterricé cuando sentí tu puño entero sujetándome de la nuca. Agarrándome del pelo, como liderando una orden. Me mirabas de esa forma. Con esos ojos. Por un momento todo un frío opacó mi borrachera.
Arrimabas mi cuerpo contra vos, con fuerza y claro dominio. Tu puño seguía en mi nuca y me arrimabas con prepo contra tu cuerpo, tu piel, tu deseo férvido.
Estaba clarísimo que mi espectáculo un poco ingenuo había encrespado todo tu ser.
Había despertado todo eso de vos que me miraba así.
Entre algo de violencia, de ansías y de enajenamiento, dejé que hicieras de mí lo que querías. Aunque por momentos me sintiera acorralada entre tus huesos, entre tu deseo y tu necesidad. Mi miedo consentía cada paso que me hiciste dar hasta terminar en ese oscuro rincón donde todo acabaría….o empezaría.
Nada de tu ira o de tu perversión me era temible, ni desconocido.
No podías hacerme daño.
Entre la pared oscura y yo, estabas vos. Apretado. Acorralado. Estabas como querías.
Sé que te gustaba sentirme pequeña. Apretabas mi cintura entre tus manos, como queriendo desagarrarme la carne. Oprimías con tus diez dedos mi cintura para que inevitablemente mis pechos buscaran refugio contra tu pecho. Apretabas la carne, sabiendo que mis ojos se perderían desorbitados, sabías cada una de mis reacciones.
Éramos nosotros perdidos en una multitud de oscuridad. Nosotros. Dos. Iluminados.
Luces encendidas.
Éramos dos besándose como recién vueltos de la guerra, dos expandiéndose y contrayéndose. Jadeando. Respirando entrecortado. Recorriéndose. Reconociéndose.
Éramos dos hasta que dejamos de serlo. Y sentí mi cuerpo entre vos y él.
Había una lucha secreta entre ustedes. Podía sentirlo. Afirmaban su sexo contra mí con virilidad y estoicismo, para delimitar el espacio confinado que habrían de dividirse de mí.
Entre la pared y yo, vos. Entre vos y él, yo. Entre nosotros, la multitud que bailaba.
Y como un impulso de pura natura, como felina en celo, respondía mi cuerpo.
Se contorneaba mi espalda para recibirlo. Con mis ojos clavados sobre vos, consentía como él se apoyaba con todo su miembro caliente y erecto sobre mí. Miraba tus ojos y sentía su respiración en mi cuello, inundándolo de saliva tibia y húmeda. Y sentía tus manos en mi cintura y tu boca en mi boca y sus manos en mi piel, recorriendo mis pechos, abriéndome la piel.
Y te ví mirarlo. Y te ví mirándome. Te ví mirándonos. Sintiéndonos.
Nos sentiste.
Me odiaste por un segundo, al mismo tiempo que entre vos y yo crecía algo que jamás nadie más podría romper.
Te ví mirarlo con asco y con deseo. Por un momento creí verte besándolo.
Los ví peleando como dos leones en pleno amazonas, entre la multitud de gente que seguía la fiesta tan ajena a todo eso que había en el rincón. Y los sentí desgarrándome como una presa inhábil, pero como una presa sádica que solo se retorcía por el placer de todos esos cuerpos dándole vida a mi vida. Sabor a mi ser, vida a mi pudor.
Y éramos tres. Pero vos y yo, sabemos que éramos dos.
Que a veces lo que sobra suma y lo que suma fortalece.
Él era parte del decorado que nos llevamos a casa para satisfacernos, cuando no nos somos suficientes en el tacto.
No en el amor. Nunca entre nosotros.
Nunca al hacer el amor, entre nosotros dos.

11 comentarios:

Pablo dijo...

Decí que yo me siento a leer sobre una bolsa de rolitos... porque sino... ay ay ay!

Dificil volver a casa sin seguir con ese odio adentro después de que el decorado participara activamente...

Beso de-rre-ti-do! jajaja

L dijo...

o sea, todo muy lindo y no sorprende que escribas asi porque ya se sabe que escribis recontra super.
la historia es muy vivida y tiene un ritmo y tension interesante como esta llevado, las escenas...
pero voy a rescatar una frase que lo vale todo:
"al mismo tiempo que entre vos y yo crecía algo que jamás nadie más podría romper"
Todo dicho. Eso es pasión de las de a de veras. ahí esta el detalle que le da el toque perfecto a lo que acabo de leer.
Beso, muy bueno

Matí dijo...

Ya lo dije yo antes. Pedaso de mujer!!

Anónimo dijo...

"Que a veces lo que sobra suma y lo que suma fortalece."

me dejaste pensando con eso


Muy caliente sin dejar de ser delicado. Da ganas. Das ganas

Amor primario dijo...

Pablo: Y dale con eso de los rolitos. Exijo me cuentes qué son los rolitos. Pensalo, me merezco la explicación. Van dos veces ya...Y odio? No, odiemos menos. El decorado es como el color de la pared. Lo cambiamos?

Ménage: Hay cosas que jamás se rompen. Ni con la distancia, ni con el tiempo, ni con el desamor.

Mati: Gracias por el cumplido...PedaZo de comentario!jaja. Beso.

Oscuro: pensalo. Aveces aplica. Y qué mejor piropo que dar ganas...más si se dice así. Abrazo pequeño.

Georgia SinClaire dijo...

Opa

Que tremendo esto de la puja contra un espectro entre dos cuerpos.

(Dicen que en una cama sobran personas, aunque sólo duerman dos)

Es triste.
O hermoso.
(pero también trillado, y encantador a veces)

En fin...

Buen texto.
(La puja de la virilidad,mmm)

En fin.
Saludos.C.

Hugo dijo...

Muy lindo el relato, como de costumbre.

Te voy a sacar la duda de los "rolitos"y espero Pablo no se enoje por eso: Es simplemente hielo, en forma cilíndrica.

Amor primario dijo...

Geo: Pero que mezcla de cosas te dió el texto che! Con el otro mensaje te entendí mejor..Beso niña. Usted me da sonrisas.

Hugo: Pero gracias por sacarme la duda que me carcomía! Gracias. Ahora se me abrió un vórtice imaginando los rolitos con un traste encima...Beso

deMónicamente dijo...

epaaaaa!!! qué temperatura este relato!
ya no me sorprende leerte. tenés un poder especial y lograste que me sintiera parte de la multitud que bailaba...mientras los espiaba de reojo!! jajaa
buen finde.
kisses

Pablo dijo...

Pense q ya habia contestado, rolitos es una marca... una fábrica de hielo! jajajaj!

Beso, buena semana!

Amor primario dijo...

Mandala, gracias por la invitación, pero creo que ese parque me queda un "poco" lejos....Igual, dale nomàs, seguí promocionando en mi blog! jaja. Besos y suerte con ese emprendimiento.

DeMonicamente: Cómo que no te sorprende leerme!? :( Prometo esmerarme màs, solo para sorprenderte. Y mirá que resultaste mirona eh...jajaja. Besos, y que siga la fiesta!

Pablo: Pensaste pensaste, pero no, me ayudó Hugo a descifrar lo de los rolitos. Igual no me queda 100% claro. Se derrite e inundas todo! mejor pegate una ducha!